miércoles, 25 de enero de 2012

VIVIR CON HUMOR. Festejar la vida.

¿Quién no desea vivir con el “alma de fiesta”?.. Pero esto parece una quijotada, en una sociedad carente de optimismo, en la que los medios abruman con malas noticias, problemas de todo tipo y catástrofes espectaculares.
Vivimos tiempos engañosos, donde confundimos lo importante con lo insignificante, lo urgente con lo que se puede demorar. Nos cargamos de preocupaciones innecesarias. Según el filósofo español Alfonso López Caballero, podríamos evitar el 92% de esas preocupaciones y no desperdiciar nuestro tiempo, nuestra energía y nuestra fuerza en problemas que nosotros elegimos agrandar.
 De esta manera, tapamos lo que verdaderamente vale: el estar tranquilos, disfrutando del instante, viviendo en nuestro interior, descubriendo quienes somos, saboreando cada minuto de la vida , compartiendo nuestro tiempo con los que amamos.
¿Por qué no confiamos en que sólo necesitamos dos cosas para vivir plenamente la vida: amor y humor?


El humor en la vida es necesario para vivir mejor, más aliviados.
La felicidad depende mucho de los ojos con los que miramos el mundo. El ser humano es libre de elegir.  Por eso es fundamental el humor, porque es grato y te produce una liberación.  Te permite tomar distancia de ese trajinar cotidiano que tantas veces cansa. La vida no es sólo el conjunto de cosas que pasan; también es el conjunto de cosas que nosotros queremos que nos pasen.  Decidir ser optimista, y ver la “mitad del vaso lleno” es uno de los regalos más maravillosos que no sólo recibe quien determina por optar esa filosofía de vida sino también para todos aquellos a quien ama. Es elegir lo más saludable y bello de la vida para disfrutar día a día.
El humor es inmediato, se comparte en comunidad – te contaron un buen chiste y lo querés compartir- y, además, genera placer. Si estás de buen humor, las personas a tu alrededor también lo estarán y eso te dará más fuerza.
El humor es sorpresivo, incongruente y eso produce una sonrisa.

Sonreir, ilumina la vida
La sonrisa permite iluminar nuestras vidas. Las sonrisas contagian, animan y logran llevarlo a los demás.
Nuestra propuesta para tener una mejor calidad de vida, es ser capaces de sonreír. Vivir con humor.  Sonreír con ganas, sabiendo que tenemos más motivos de los que creemos para hacerlo.
Sonreír es inyectarnos e inyectar de vida a todos los que nos rodean. Es aprender a detenernos un minuto a pensar que cosas son las que verdaderamente nos “sacan una sonrisa”.
La vida nos propone muchos sentimientos que surgen del amor, la esperanza, la ternura, la emoción y entre todos ellos también está el humor.
Un comentario espontáneo de nuestros hijos, un diálogo incoherente con nuestras amigas, un tropezón en plena calle, un verdadero encuentro en familia, un paseo por las arenas cálidas, el abrazo de un ser querido, un recuerdo de nuestra adolescencia, un rememorar de situaciones cómicas e inolvidables.
 Recordar es volver a pasar por el corazón y recrear el alma. Sonreír es la expresión de ese recuerdo que aparece y nos deja la mejor de las sensaciones.


El humor "sirve como una válvula interna de seguridad que nos permite liberar tensiones, disipar las preocupaciones, relajarnos y olvidarnos de todo", afirma el Dr. Lee Berk, profesor de Patología en la Universidad de Loma Linda, en California y uno de los principales investigadores en el mundo sobre la salud y el buen humor.
 Se debe tener en cuenta que los últimos estudios realizados aseguran que estar de buen humor fortalece el sistema inmunológico, puesto que la risa ahuyenta las enfermedades y prolonga la vida mientras que la tristeza y la depresión atraen los virus, creando enfermedades.
Nuestra vida es repetitiva, mecánica, pero el sentido del humor ayuda a vivirla de una manera diferente. Nos permite andar más livianos. Más sueltos. El humor hace que nos tomemos la vida de otra manera: nos hace ver que todo fracaso a la larga no es tanto. Además, se trata de una virtud social: podemos estar tristes en soledad, pero para reírnos necesitamos la presencia de otras personas. En definitiva, nos permite ver lo esencial de nosotros mismos y compartirlo de la mejor manera, con los demás.
Ponerle sal y pimienta a la vida puede resultar bueno y en una de ésas permite preparar el plato más sabroso: el de disfrutar cada momento como si fuera el último. Al fin y al cabo, esta vida es un ratito nada más.
Dicen los sabios que en lo simple está la verdadera belleza, el festejo de la vida.

FESTEJEMOS JUNTOS LA VIDA
SE FELIZ, SONRIE
  :D

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